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Mostrando entradas de noviembre, 2020

Collage. Quiero contarte una cosa, o dos

Cuando estoy muy cansada y en el horizonte solo atisbo plazos que están a punto de caducar, tengo tendencia a distraerme con otros asuntos. Sí, leer ficción me ayuda, y mucho. Pero a veces, ni siquiera eso es suficiente para evadirme de esas obligaciones que me ilusionan y me asustan, todo a la vez. Entonces, quiero pintar acuarela, dibujar mandalas, colorear en libretas, bordar en papel, tejer una bufanda. Siento el irrefrenable impulso de hacer collage.  Collage de Mattisse De momento tengo las tijeras, el pegamento, una pila de cuadernos y un montón de recortes que pueden servir para los fondos: letras, hierba, azul cielo, el mar, un cuadro de Piet Mondrian. En mi imaginación, mis collage serán maravillosos, dignos de admirar; todos se asombrarán de mi capacidad para la artesanía.  A menudo, cuando el cansancio puede al nerviosismo (ya sabéis, esos días que todos tenemos), fantaseo con la idea de que seré capaz de hacer cualquier cosa. Algo que me alejará para siempre de mi activida

Leer por amor

Los que me conocéis sabéis que leo mucho y de todo, a veces un tanto inconscientemente, a golpe de pasión e intuición. Mis lecturas no están programadas ni agendadas; no siguen un plan, ni en minúsculas, ni en mayúsculas. Son puro enamoramiento, flechazo, atracción efímera o amor eterno.  El río Congo Soy caótica, en mi vida y en mis lecturas. No concibo la idea de seguir un reto para leer determinado número de libros en un año; no llevo la cuenta, no lo necesito, no es algo que me motive o me preocupe. Seguramente tengo grandes lagunas en mi formación literaria. porque a veces, ya sabéis, uno se enamora de libros poco recomendables según la ortodoxia. Qué se le va a hacer. He aprendido a aceptarlo, incluso, a convivir bien con este rasgo de mi personalidad.  Otra de mis características lectoras, que puede ser irritante, es la de condurar  aquellos libros que me apetece mucho leer. Seguramente sea producto de mi adolescencia. Como usuaria de bibliotecas, solía esconder los libros que n

El salvoconducto

En las películas de aventuras el prota suele llevar el salvoconducto en el bolsillo interior de la chaqueta. Se trata de un pergamino enrollado y atado con una cinta carmesí, mugrienta y deshilachada, que se desata para comprobar sellos, firmas y el texto que permite a nuestro héroe la libre circulación. Incluso en las horas del toque de queda.    Foto de @diana_dandelion (Koruldi Lakes, Georgia) Aún así, pese al salvoconducto, nuestro protagonista ha de tener cuidado, moverse con precaución, saber interpretar las señales. Los perímetros de las poblaciones suelen estar acordonados, asegurados por patrullas aguerridas, hombres y mujeres con una misión, tipo Harry Bosch . No es cuestión de exponerse, por las buenas, a un encontronazo desagradable con un servidor de la ley extremadamente cumplidor.  Otros peligros son la pérdida, el olvido, el robo o la vigencia del salvoconducto. Se impone distancia y discreción, pues no hay nada más lamentable y comprometedor que no hallar el pase en e

Lo perfecto

El gigante  llegó a Florencia tras una travesía marítima y una travesía fluvial: navegó el mar Mediterráneo y remontó el río Arno. El destino de este bloque de mármol imponente era noble: servir de contrafuerte, junto a otras once estatuas del Antiguo Testamento, de la Catedral de Santa María de las Flores. Medía alrededor de dieciocho pies de altura (en torno a cinco metros), pesaba cinco toneladas y desde el principio se convirtió en un verdadero quebradero de cabeza.  Catedral de Santa María del Fiore en Florencia (Foto:  Destination360 ) Sucedió que varios escultores lo hirieron inutilmente. Uno, no fue capaz de terminar el mandato. Otro, lo abandonó por motivos desconocidos. ¿Quizás por que no quería ser recordado como el artista incapaz de realizar el David ? Durante décadas dormitó el gigante en el taller de la Catedral, antes de que los supervisores de las obras se decidieran a reclutar a un artista que deseara terminar la escultura. El elegido fue un joven y reconocido esculto