Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Deseos

Un fin de semana en un Zara Home

La idea no es original.  La prota de Cauterio , de Lucía Lijtmaer confesaba:   En ocasiones entro a tiendas de Zara. Son algo parecido a un homenaje, el equivalente a un baño caliente y relajante. Cuando voy a una, lo primero que me golpea es el aire acondicionado, que, en vez de repelerme, me hace sentirme segura. Las tiendas de Zara son mi particular líquido amniótico, en el que me mezo por sus suelos color hueso, por sus superficies de mil, dos mil, tres mil metros cuadrados distribuidos regularmente, de manera minuciosa, en varias plantas. No hay nada más seguro que este espacio. Lo que a mí me ocurre es que fantaseo con pasar todo un fin de semana en un Zara Home. Meterme en una de sus camas de sábanas olorosas, planchadas, suaves. Abrazar los mil y un cojines. Desayunar en una de sus mesas, comer tostadas francesas en sus platitos, beber zumo de naranja recién exprimido en esas copas de cristal cuyo diseño, seguro, se lo robaron a la dinastía Borgia.  No quiero un hotel de lujo

Nombres

Todos atesoramos nombres secretos, nombres prohibidos. Me refiero a esos nombres de personas, lugares, épocas y situaciones, que nos guardamos para nosotros, porque son demasiado preciosos, importantes e, incluso, peligrosos, para ser compartidos con los demás.  En esto he estado pensando en esta última semana cuando, por una cuestión laboral, he estado buscando con cierta intensidad cómo nombrar algo que está a punto de comenzar. Y, sin embargo, ese nombre con el que creo haber dado, aún está vacío de significado para mí, pese a lo que evoca y al motivo de mi elección. Habrá de pasar un tiempo, cuanto todo termine y lo recuerde, para que se bañe de una pátina especial. Buena, mala, irrepetible o fácilmente olvidable. Entonces, pasará a formar parte de mis nombres particulares, pero no de mi geografía íntima, pues otras personas lo conocerán.  Este matiz lo diferencia de esos otros nombres esenciales que no podemos ni queremos compartir con nadie. Esas palabras, las que no decimos y no