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Mostrando entradas de junio, 2021

Vacaciones de mí misma

 Como diría un moderno, cada junio finaliza mi vuelta completa al sol. Ya van unas cuantas. Ya hace tiempo que junio dejó de ser ese mes simpático en el que terminaban las clases, celebraba mi santo (sí, San Antonio de Padua y no San Antón), y mi cumpleaños. Junio era la antesala de un verano larguísimo, con días inacabables de lecturas, y espionaje a los chicos que me gustaban. Al chico que me gustaba.  Hace ya mucho que junio es, simplemente, el mes en el que hay que entregar (te pongas como te pongas), la declaración de la RENTA. El mes en el que aún no sabes si podrás terminar todo el trabajo acumulado, las semanas en las que ya pesa el cansancio de todo un año. Porque el año no termina en diciembre, como para muchos otros profesionales, termina en junio.  Photo by Annie Spratt on Unsplash Estoy un poco cansada, sobre todo, de mí misma. Y eso que este mes me está trayendo alegrías: mi planta me ha regalado una flor blanca, que se yergue, hermosa y presumida, buscando el beso de la

Emilia, Elvira, Rosa

Hace unos años, dos especialistas en Julio Cortázar comentaron que los lectores del autor se referían a él como Julio . Y que eso era valioso, entrañable. Estos días me he descubierto llamando a algunas escritoras por su nombre de pila. Escribiendo Emilia. Elvira. Rosa . Y una cosa, me ha llevado a otra: ¿esta excesiva familiaridad es irrespetuosa, irreverente? He concluido que no, las llamo Rosa, Emilia, Elvira, porque las siento cercanas, valiosas. Emilia es Emilia Pardo Bazán y a ratos me refiero a ella como doña Emilia, como Pardo Bazán, o como Emilia, incluso, nuestra Emilia. Para mí la causa está muy clara, desde que leí sus cartas a Benito Pérez Galdós (al que a veces denomino Benito, sin ton ni son), la siento muy humana. La admiro por su obra, por su personalidad contradictoria pero sólida, por su carácter pasional, porque no tuvo miedo de decir y nombrar lo que deseó, lo que quiso. Pero la siento cercana por sus cartas de amor.  Elvira es Elvira Lindo , y cuando escribo o h

Ser de luz

 Esta semana estoy reivindicativa. No soy un ser de luz. Hay cosas (muchas o pocas, echad la cuenta) que me dan mucha rabia.  Me da mucha rabia no poder decirle a una amiga te lo dije, yo tenía razón . Me da rabia porque si se lo digo, igual se molesta, y sí, yo tenía razón . Pero lo que más rabia me da de todo es que cuando me atrevo a decírselo (de manera sutil, para que no se soliviante),  ni se inmuta. ¿Para eso me he conducido con tantos miramientos?  Luego está el tema de la contemporización. ¿No os pasa que queréis contarle algo a un amigo, para que concluya contigo que has hecho bien, que vaya personaje, que desde luego, que vaya, vaya ? Y resulta que no. Que el amigo en cuestión (no quiero señalar a nadie), comienza a contemporizar y a explicarte, bueno, es que en algunos casos se pone, y además, porque verás … Yo no quería explicaciones, ni que contemporizase. Quería apoyo total. ¿Qué ya lo había contado, digamos, a 1, 2, 3, 4 personas y había obtenido apoyo total?  SI. Pero