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Mostrando las entradas etiquetadas como El Último de la fila

Silencio

Si lo que vas a decir  no es más bello que el silencio no lo vayas a decir El Último de la Fila Con el prólogo de  la segunda temporada de De eso no se habla , aprendí que, en música, un calderón es una pausa o reposo que dura lo que quiere la persona intérprete. El silencio que genera se rompe con más música, o con aplausos.  Me parece un concepto muy hermoso para quebrar mi propio silencio y volver a escribir y leer mis 300 palabras tras dos semanas de pausa.  Mi silencio ha tenido que ver con esa vida que sucede mientras haces planes. Mi reposo no ha sido tal. Mi parón ha sido porque, entretenida y ocupada con las obligaciones, mis palabras (y, por tanto, yo) quedaron relegadas a un improbable momento en el que tuviese más tiempo, más ganas. En el que la inspiración, cual musa griega, tornase a mí, rodeada de fanfarria y chirimías.  Ya. Ya sé lo que piensas. No, no funciona así.  Hace unos días alguien me dijo que me notaba más alegre. Que mis columnas semanales, pese a ser genia

Búsquenme en Corfú

  Ten siempre en tu mente a Ítaca. La llegada allí es tu destino. Pero no apresures tu viaje en absoluto. Mejor que dure muchos años, y ya anciano recales en la isla, rico con cuanto ganaste en el camino, sin esperar que te dé riquezas Ítaca. Constantino Cavafis, Ítaca.   No sé muy bien donde situar Corfú, porque no sé si es camino o meta, si es refugio o algazara. En las últimas semanas, cuando he necesitado alegría, me he escapado con Los Durrell a su isla griega. Allí, en una casona destartalada, he contemplado el mar Jónico mientras una miríada de animales y personas deambulaba a mi alrededor.  Me he dejado cuidar por Louisa , una inglesa atípica que se equivoca, y se vuelve a equivocar. Pero todo se le perdona, pues todos sus errores nacen del amor. Allí, en esa casa que se cae a pedazos, he sido testigo de los afanes de Gerry, las locuras adorables de Margo , las excentricidades encantadoras de Lawrence y las ocurrencias inclasificables de Leslie . He conocido a un taxista entro

Cartas

 Queridos lectores:  A menudo me pregunto si esta columna no será una carta. Una carta que escribo para mí, con la excusa de dirigirme a vosotros. Este año las cartas me sobrevuelan.   Hace unos meses, encontré el fragmento de una misiva. En plena borrasca Gloria , un trozo de papel vino a parar a mis pies. La carta está fechada el 29 de octubre de 1979. La firma Víctor y le dice a M. (el nombre se perdió), que está muy enamorado , y lo corrobora con un corazón que abraza sus iniciales. En los renglones, un portal, un temor, un catarro impertinente que los separa, una soledad, unos hermanos y una disculpa.   Rebecca Rebouche . "Your words are stars" ¿Por qué pide disculpas Víctor a M.? ¿Porque no puede verla? ¿Porque aún no conoce a sus hermanos? ¿Por algún incidente en ese portal, que imagino oscuro, frío, húmedo y excitante? No. Por la letra. Está tan resfriado, se encuentra tan mal, que su letra no es buena. Y él lo sabe, y sabe también que ha de esmerarse en las maneras q