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De viajes y conversaciones

En mi vida prepandémica viajaba por trabajo. En esos viajes solía entablar conversaciones con personas de toda condición. Imagen de PublicDomainPictures en Pixabay   Recuerdo hoy a aquella mujer de 82 años que se reía como una niña. Había subido al autobús en Plasencia, y volvía a Badajoz, a un pisito de un bloque obrero en el que todos la conocían. Había estado pasando una temporada con una hermana y me contó, con alborozo, que pensaban reunirse, por Navidad, todos los hermanos, en Madrid.  Madrid, iluminada,  está preciosa.  Reía y batía palmas porque, me dijo, si su marido viviese estaría tan contento de poder realizar el viaje por esa autovía tan moderna y tan rápida. Él, al que le gustaba tanto conducir y pescar, que había ganado varios concursos a nivel provincial, regional y hasta estatal. Mi marido lo hubiese disfrutado tanto , me reveló con una chispa de alegría en los ojos.  Me contó de un viaje que se habían regalado las hermanas en el verano. Figúrese, en el balneario,

Diminutivos

Para saber si sois compatibles, no hay nada mejor que la convivencia. Ya sé que cuando el otro tiene un hogar propio, es complicado. Si ese es el caso, utilizad el sucedáneo de la convivencia: viajad juntos.  Advertencia : cuando viajamos, un suponer, con un compañero de trabajo, lo habitual es hacer concesiones. Que el susodicho no quiere desayunar en una cafetería de ensueño y te mete, a trompicones, en una tasca de mala muerte en la que gentes de todo jaez se meten entre pecho y espalda unos huevos fritos a las ocho de la mañana, pues nada. Sonrisa y, como diría el humorista David Cepo , p'alante con eso . Que la susodicha no atiende a razones cuando la instas a caminar por una avenida preciosa y se empeña en transitar, de noche, por un callejón que tiene toda la pinta, pero toda, de ser el basurero del barrio... pues, siguiendo al gurú Cepo: p'alante .  Uno de los dos tiene que adaptarse, ser flexible, transigir, y tal. El p'alante de toda la vida.  Lo que pasa es que