Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2023

Diminutivos

Para saber si sois compatibles, no hay nada mejor que la convivencia. Ya sé que cuando el otro tiene un hogar propio, es complicado. Si ese es el caso, utilizad el sucedáneo de la convivencia: viajad juntos.  Advertencia : cuando viajamos, un suponer, con un compañero de trabajo, lo habitual es hacer concesiones. Que el susodicho no quiere desayunar en una cafetería de ensueño y te mete, a trompicones, en una tasca de mala muerte en la que gentes de todo jaez se meten entre pecho y espalda unos huevos fritos a las ocho de la mañana, pues nada. Sonrisa y, como diría el humorista David Cepo , p'alante con eso . Que la susodicha no atiende a razones cuando la instas a caminar por una avenida preciosa y se empeña en transitar, de noche, por un callejón que tiene toda la pinta, pero toda, de ser el basurero del barrio... pues, siguiendo al gurú Cepo: p'alante .  Uno de los dos tiene que adaptarse, ser flexible, transigir, y tal. El p'alante de toda la vida.  Lo que pasa es que

El motivado de la vida

Me ha empezado a poner muy nerviosa cierto tipo de persona. Me refiero al motivado de la vida .  Dícese que alguien es un motivado de la vida cuando va regalando halagos, elogios, parabienes, a la par que pide favores, facilidades, accesos, formas de conseguir esto o lo otro, de participar en una carrera de cabras, en una partida de garrote o en el juego ese tan peligroso como bizarro que consiste en intentar atrapar rodando colina abajo a un queso que, a su vez, rueda también. Le da igual. El motivado de la vida quiere ir, estar, ser, decir, pensar que va ir, porque quiere aprender, fijarse, extrapolar, hacer networking , postureo, selfis, retratos de grupo, de bodas, bautizos y comuniones.  La famosa prueba del queso rodante de Gloucester - AFP Spóiler : rara vez participa. Rara vez juega. Rara vez aparece.  Cachis. El motivado de la vida es un tipo de persona emparentada con el tipo persona mareo , pero mantiene su esencia, su propia singularidad, rareza e idiosincrasia. Es ciert

La casa rural

Llegamos cansados. No sentía ninguna afinidad hacia mis acompañantes. A menudo el azar, un contrato o la pura mala suerte, te sitúan junto a compañeros contingentes. Aún había de pasar otra noche, y otro día, y otra noche. Menuda calamidad. A las afueras del pueblo hallamos (GPS mediante) aquella casona con nombre de mujer, el nombre de la que nos miraba, reidora y chispeante, inserta en un azulejo de la fachada. Nos recibió el hijo y nos contó la historia o, tal vez, sólo su versión.  Jane Birkin, años 70. Foto Getty Images, tomada de aquí. Esta era la casa del médico, el tío de mi madre. Ella fue una mujer alegre, libre, deseosa de labrarse un futuro. Y se fue a la ciudad.  Allí estaba su hijo, de vuelta a ese pueblo que su madre quiso dejar atrás.  Daba clases de repaso, le iba bien. Era una belleza. Cuando tenía cuarenta años se enamoró de un alumno al que le doblaba la edad. Y, entonces... Entonces, él. El hijo que había regresado al pueblo del que su madre escapó.  Mis tíos la

Silencio

Si lo que vas a decir  no es más bello que el silencio no lo vayas a decir El Último de la Fila Con el prólogo de  la segunda temporada de De eso no se habla , aprendí que, en música, un calderón es una pausa o reposo que dura lo que quiere la persona intérprete. El silencio que genera se rompe con más música, o con aplausos.  Me parece un concepto muy hermoso para quebrar mi propio silencio y volver a escribir y leer mis 300 palabras tras dos semanas de pausa.  Mi silencio ha tenido que ver con esa vida que sucede mientras haces planes. Mi reposo no ha sido tal. Mi parón ha sido porque, entretenida y ocupada con las obligaciones, mis palabras (y, por tanto, yo) quedaron relegadas a un improbable momento en el que tuviese más tiempo, más ganas. En el que la inspiración, cual musa griega, tornase a mí, rodeada de fanfarria y chirimías.  Ya. Ya sé lo que piensas. No, no funciona así.  Hace unos días alguien me dijo que me notaba más alegre. Que mis columnas semanales, pese a ser genia