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Mostrando las entradas etiquetadas como Soledad

Hoteles

Me he alojado en bastantes hoteles. Hoteles de variado pelaje y condición, desde la humilde pensión con máquina de café y bollería industrial, a hotelazos con almohadas a la carta . Ahora bien, es distinto si es por trabajo o por vacaciones. Radicalmente. Marzena Slusarczyk (Katowice, 1976) Cuando estás en un hotel por trabajo, sea cual sea su categoría, ubicación y demás prestaciones, hay algo que se repite una y otra vez como las películas de los sábados por la tarde. La sensación de soledad, que te asalta de pronto y por sorpresa. Tú ya has estado ahí, encaramado a esa desolación. Lo has vivido en el hotel del norte, cerca de Tataramundi; o en el hotel de cuatro estrellas del paseo marítimo de la isla afortunada; o en aquella pensión logroñesa regentada por una señora a la que le gustaba tu abrigo rojo; o en el hostal emeritense que luce bustos de emperadores romanos. De pronto te sientes solo, te sientes sola, y la manta es muy fina, y tienes que acostarte con un jersey y unos cal