Seguro que no soy la única a la que le ocurre esto. Durante un tiempo que ahora no sabría delimitar (¿fueron días, semanas, meses?) me obsesioné con un invernadero lleno de plantas, con una fuente con peces y riego automático que imitase a la lluvia amazónica. El invernadero en cuestión aparecía en la película Matrimonio de conveniencia, de Gerard Depardieu y Andie McDowell. El conflicto se produce cuando el ciudadano francés quiere trabajar en EEUU pero carece de la célebre Green Card y la americana anhela alquilar un apartamento que sólo está disponible para una pareja legal. El matrimonio de conveniencia está servido.
Ignoro ahora si el invernadero soñado estaba en el piso de soltera de Andie o en el apartamento anhelado. Pero estaba. El techo era de cristal. Las plantas lo invadían todo. Los peces nadaban en la fuente. El agua dulce se precipitaba, como una atronadora y, sin embargo, dulce sinfonía.
Que yo no viva en Manhattan, que no tenga un ático con terraza que se pueda cerrar y acristalar, que yo no haya sido nunca Andie ni nada que se le parezca… no puso coto a mis sueños. Son anhelos ridículos e imposibles, en los que nos refugiamos para protegernos de los sinsabores de los días. Estos días incómodos en que no te enamorarás jamás de una americana o de un francés, en los que no habrá posibilidad de construir un invernadero por que tu balcón es estrecho, asolanado, pegado a la fachada de un anodino edificio de viviendas de un barrio de las afueras en el que no hay portero, ni marquesina, ni te pasan a buscar en limusina para llevarte a un rodaje ni a un photocall.
¿Alguna vez has sentido ese deseo obsesivo hacia algo tan bonito y tan fuera de tu alcance?
Sí, en ocasiones he experimentado el anhelar algo hermoso y fuera de mis posibilidades. Pero, madurar me ha enseñado a tomar esos imposibles con naturalidad, para que su obsesión no me resulte enfermiza. Más que en deseos y en sueños, me centro en metas y leerte los jueves, es una de ellas. Muchas gracias, por tu artículo. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Miguel :-) tanto por tu reflexión, como por tu lectura. Qué hermoso eso de que leer esta columna los jueves sea una meta. Escribirla, sabiéndolo, es más que una meta para mí. Un abrazo.
EliminarSiempre he querido tener una casa un con patio con flores, mesa y sillas para leer y ver pasar el tiempo. Hacer muchas cenas.con amigos y familia. No es obsesivo, pero sí vital para mí.
ResponderEliminarAna, qué imagen más bonita la de ese patio con flores, mesas, sillas, ese lugar de encuentro, compañía y disfrute. Ojalá se materialice. Gracias por tu lectura y comentario. Un abrazo.
EliminarSiempre me han gustado las flores en el campo y he deseado tener flor cortada en casa - las plantas se me dan fatal-. Sin embargo, desde hace un año, que salgo a pasear al campo con mucha más frecuencia, deseo un jardín con el mismo objetivo de Ana. De momento, he vuelto a comprar una planta para darme una segunda oportunidad. Unaa calas preciosas. Maria Antonia, con esa película desee la casa entera. Es bonito soñar y fantasear mientras los sueños no atrapen tu vida.
ResponderEliminarQuerida, mil gracias por tu lectura, tu comentario y compartir tu sueño/vivencia. Totalmente de acuerdo, hay que soñar, lo peligroso es quedarte anclado en algo que no va a ningún sitio, que te obsesione en demasía y que (a veces pasa) termine destruyendo lo que tienes, porque no sabes verlo. Ánimo con tu plantita. Yo me consideraba un desastre con las plantas, pero desde el confinamiento, empecé a prestarles más atención. Ahora, he de decir que me defiendo bastante bien con ellas, incluso, creo, que alguna hasta me quiere... me regala flores preciosas. Me alegra que hayas decidido darte esa segunda oportunidad. Un besote.
Eliminar¡ Me encantó esa película! Y, sí, yo también querría tener una terraza acristalada llena de plantas y leer escuchando la lluvia ... eso sí, imprescindible tener a alguien que me cuide las plantas, que si no, mal me veo.
ResponderEliminarPor ahora, tengo la suerte de tener un limonero injertado con naranjo en el patio y una hamaca cómoda para leer.
¡¡Pues ni tan mal esa hamaca, ese patio y ese limonero injertado con naranja!! Yo lo que creo es que lo aprovechas muy pero que muy bien. Gracias por tu lectura y por tu comentario :-)
EliminarHola Maria Antonia Buenas tardes : Una persona escribiò al ver las fotos en las redes sociales que Bonitas tus plantas se ve que las cuidas y ellas en agradecimento te dan flores,es la alegria de mi patio. Saludos
ResponderEliminar¡Buenos días! Pues qué fenomenal ese patio con esas flores. Gracias por tu lectura y por tu comentario. ¡Salud! :-)
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