Sin que suceda nada reseñable (o sí) hay etapas en que la vida se agrisa. No sé, es como si la luz perdiese intensidad y, en consecuencia, los objetos y las personas empalideciesen. También los paisajes, las calles de la ciudad. Evitas que las cosas te rocen, porque te lastiman, te llagan. Quieres adormecerte, evitar el daño, la emoción.
Cuando era joven creía en los blancos y negros, en la oscuridad y la luz. De un modo impreciso, pensaba que la vida sería brillante, o no sería. Que la felicidad pura llegaría, sí, y me iluminaría el corazón como un potente halógeno. Así, me desharía de las sombras… porque cada edad tiene las suyas.
Ya no soy joven (qué pesada, María Antonia, que sí, que no lo eres, tomo nota), y, en consecuencia, no me muevo en los extremos. No creo en lo fulgurante, ni en esa felicidad que deslumbra como una luz de neón. Ahora soy, más bien, creyente en chisporroteos. Sí, esos pequeños destellos que, a nada que estés despistado, te pierdes. Bailar salsa. Un café postergado que, finalmente, será. Una llamada de teléfono de quien te recita las letras de tu cantante favorito. El sol de mayo, el verde y el blanco de mis plantas, que, estoy convencida, me quieren.
Esta fe mía en el chisporroteo no me hace inmune a la grisura. Como a ti, me cerca la incertidumbre, poseo zonas sombrías, penas antiguas, alguna tristeza nueva, y un poco de dolor. Sin embargo, a veces, los chisporroteos se encadenan: suena el teléfono, todos somos hijos del vaivén, tengo una cita para comer con mis compis de Pilates, mi planta me regala flores blancas, la canción que elige mostrarme Spotify es maravillosa. Entonces, aunque esté muy distraída, no puedo obviarlos. Se hilvanan, formando una guirnalda de luz.
Qué bonito escribes! Para mí, hoy, tu columna del jueves ha sido un chisporroteo. Gracias
ResponderEliminarMuchísimas gracias. Que sepas que tu comentario (sobre todo, tu lectura) es un chisporroteo para mí. Un abrazo :-)
EliminarTodos los jueves estamos esperando tus chisporroteos, que siempre siempre nos sacan una sonrisa.
ResponderEliminarQueridos compañeros y amigos. Vuestra lectura, vuestros comentarios... vuestra presencia en mi vida... son una guirnalda de luz. Muchas gracias :-)
EliminarMe encanta lo de chisporroteos y comparto tú percepción de la vida. Recientemente he vivido negros que se van convertiendo en grises, pero no dejo de percibir esos chisporroteos de los que hablas, y me los intento disfrutar a tope, la vida te los ofrece igual que los negros y yo decido disfrutar de ellos, no pienso dejar que los negros los anulen.
ResponderEliminarLa vida es una paleta de colores y debemos decidirnos por los que más nos favorecen.
Gracias por tus 300 palabras que son un chisporroteo.
Querida Mar. Me alegro de tus grises, puesto que significan que estás dejando atrás, en cierto modo, los negros. Y gracias, muchas gracias, por tu lectura, tu escucha y tu comentario (todo chisporroteo, para mí). Un abrazo grande.
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