Cuando terminas de leer la última página de una novela tan compleja y magnífica como lo es El retrato de casada de Maggie O’Farrell, es harto difícil presentarla. Cómo elegir sus mejores galas para que tú, lector, quedes prendido y prendado de ese texto y sólo sientas alivio para tu anhelo cuando emprendas su lectura. Cuando desvistas todas sus capas secretas, cuando, con atrevimiento y cuidado, con mucho cuidado, la limpies con un trapo empapado en vinagre y alcohol, y descubras la historia secreta que quiere contarte la escritora irlandesa.
De Alessandro Allori. - Desconocido, Dominio público.
La novela de Maggie O’Farrell es una inspiración en torno a la brevísima vida de Lucrezia di Cosimo de’ Medici d’Este, duquesa de Ferrara, una niña que nació y murió en el siglo XVI. Demasiado temprano. Demasiado pronto.
Hay muy poca información sobre la vida de Lucrezia, hija del gran duque Cosimo I de’ Medici, así que Maggie O’Farrell utiliza la literatura para llegar allí donde la Historia no alcanza. Quedamos fascinados con el arrojo de la niña, su talento artístico, su sensibilidad, su incipiente belleza. También sentimos su temor a un matrimonio impuesto con un hombre mayor al que no conoce. El miedo a lo que pueda pasar en una alcoba, a la obligación de engendrar el heredero del Duque del Este. El horror de aguardar a ese hombre temible y fuerte que la posee como si fuese un castillo al que rendir tras un asedio. Viajamos con su mente, que se disocia de su cuerpo para soportar tanto daño. Tanta humillación.
O’Farrell nos traslada a las extravagancias de los nobles, a las traiciones y conjuras, a la hermosura de un paisaje, al precio de la libertad. A la bondad de Lucrezia.
Lector, desviste a la novela con cuidado y ternura. Descubre sus secretos. Con el tiempo, la amarás.
Deseando comenzar su lectura. Y con esta reseña, aún más. Gracias.
ResponderEliminarQue la disfrutes mucho. Y gracias por tu comentario :-)
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