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Lo de siempre

Hacía casi tres años que no iba a mi cafetería favorita. Cuántas vidas pueden nacer o quebrarse en tres años. Un divorcio, un nacimiento, una mudanza, un despido, un desamor, una condena de cárcel, varios líos amorosos, una suscripción a Netflix, la escritura de una novela, un rodaje en Benidorm, los estragos de una pandemia.

Tres años y, el primer día, una camarera me sonríe y se interesa por cómo me van las cosas y me dice que si voy a tomar lo de siempre y se acuerda de ese "lo de siempre". Uno sabe que tiene una cafetería propia cuando una camarera risueña le pregunta si quiere "lo de siempre".


No es casualidad que en Hijos del vaivén aparezca varias veces esta cafetería. Uno de los protagonistas recala cada dos por tres para llamar por teléfono, observar las sonrisas de unas mujeres serias y reidoras, mientras bebe cerveza con limón, y piensa. Me atrevería a decir que para él (como para mí) la cafetería es refugio, una suerte de consuelo, un chispazo de inspiración. 



"Sirviendo las mesas se encuentra una muchacha morena que abraza su pelo en una larga trenza, hola, qué raro verle por aquí, a estas horas... ¿hoy no pasea? No, hoy no, le contesta, con la sonrisa que reserva para las mujeres guapas. Si seré fantoche. (...) La muchacha morena le lleva en una bandeja lo que suele tomar, una cerveza con limón, y él, que de pronto se siente coqueto, gilipollas perdido, le advierte, mira, es que hoy no quería eso. Hoy me apetece un negroni. ¡Muy bien!, le contesta risueña, dejándolo perplejo y desolado. ¿Qué entenderá esta moza por un negroni? Minutos después le deja sobre la mesa el cóctel y él no puede por menos que levantar las manos y asumirlo, me has vencido, chiquilla." 




Comentarios

  1. Hola. Un artículo muy cotidiano, ambientado en la vida diaria. Por un lado, un bar o cafetería, sitio de reunión o desconexión. Por otro, el trato humano, soy de los que aprecia una buena atención al público, aunque en el local de enfrente sea más barato. Me gusta. Saludos, María Antonia.

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    1. Hola, Miguel. Muchas gracias por leer, y por tu comentario. Es que... no hay color, ¿verdad? Que tengas un estupendo día.

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    2. Por cierto, Miguel. Me encanta el título que has puesto al blog. ¿Para cuándo nos deleitarás con tus escritos? Te animo a ello. Un abrazo.

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  2. Nada es más seguro que comer, cantar, probar ... lo de siempre, pero a veces hay que romper con las tradiciones probando cosas nuevas, aún con las mismas gentes y en los mismos lugares, jejeee!!! Y, "como siempre" , yo te sigo leyendo porque me gustas.

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    1. Es cierto, hay que equilibrar entre unas cosas y otras. Atreverse a probar y reivindicar, también, aquéllo que nos hace sentir bien: las personas, los lugares... Muchísima gracias por seguir leyéndome. :-) Qué bonito que te guste. Yo, fíjate, sigo publicando en el blog gracias a comentarios como el tuyo :-)

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